miércoles, 26 de febrero de 2025

¿Dónde está Dios?

Era un día cualquiera, o eso pensaba yo, hasta que decidí embarcarme en una misión digna de Indiana Jones: encontrar a Dios en el Museo del Prado.





Primer intento: Velázquez.

Me planté delante de Las Meninas y miré con cara de filósofo de 3º ESO. Si Dios está en todas partes, seguro que en este cuadro lo pillo. Pero ahí solo había un enano con flow, una infanta con más peluquería que paciencia y Velázquez mirándome como si supiera que no entendía nada. Sospechoso, pero no concluyente.






Segundo intento: El Bosco.
Aquí ya la cosa se puso turbia. En El Jardín de las Delicias había de todo menos respuestas divinas: tipos montados en peces, gente saliendo de fresas y un hombre con una cabeza en el trasero (sin comentarios). ¿Será que Dios tiene sentido del humor? Empiezo a sospechar que sí.










Tercer intento: Goya.
Me acerqué a los cuadros negros. Saturno devorando a su hijo me miró con cara de "mejor no preguntes" y entendí que aquí Dios no estaba… o si lo estaba, prefería no meterse en este lío.





Conclusión:
¿Encontraré a Dios? ¡Quién sabe!. Pero seguro que encontré arte, misterio y muchas preguntas sin respuesta. Quizás Dios está aquí, escondido entre pinceladas, susurrando a través de los cuadros: 

"No me busques en los cuadros, 

búscame dentro de ti."